Reflexiones confinadas
Reflexiones confinadas
Sobre porqué está este virus
atacando al humano del siglo XXI no tengo una sola respuesta. La humanidad al
límite de sus posibilidades, descorchando la naturaleza y dejándola en carne
viva. Llevamos haciendo oídos sordos a los enésimos avisos que nos va dando, hasta
que, como la gota que colma el vaso, la ley del universo impone una enfermedad
vírica que trasciende fronteras y barreras socioeconómicas, que se convierte en
pandemia en poco tiempo y que, entonces sí, nos devuelve la consciencia y el
amor a los demás.
Indudablemente los próximos días
serán durísimos, emocionalmente insostenibles para las personas cuya fuerza
mental y coherencia vital no esté blindada. Veremos números incomprensibles de
muertes y enfermedad y sólo podremos desear que el tiempo corra como la pólvora
y estas semanas acaben siendo fechas a recordar en los libros o Wikipedia de
historia.
Podemos negar la evidencia del
cambio de paradigma hacia el que estamos yendo, pero ninguna de las fórmulas
básicas que usamos en el día a día para con nosotros mismos y con los demás, seguirán
activas. De hecho, diría que ya están caducando. Una nueva realidad emerge en
tiempos de guerra y, siendo éstos, tiempos de supervivencia emocional global, aprenderemos
a vivir de las cosas pequeñas, a respirar y sentir diferente y, quizá, a escuchar
de nuevo las señales que nos envía el cuerpo y nuestra memoria genética.